Marc Larré Casa Batllori – Co-dos

Marc Larré

Casa Batllori – Co-dos

La arcilla proviene de la tierra y se ha utilizado desde el principio de los tiempos. El agua lo hace moldeable; el aire y el fuego lo secan, haciéndolo resistente. Cambia su color y textura con el tiempo pero, sin embargo, permanece fuerte; contiene los alimentos que comemos, el agua que  bebemos y nos protege en nuestras casas. A lo largo de los tiempos se ha adaptado en sus formas a reflejar nuestras ideas y necesidades. Como recipiente, su forma es cambiante, pero es el espacio dentro de él lo que lo hace útil. 

Siguiendo en la línea de su trabajo reciente alrededor del patrimonio material de Barcelona en ese  lugar donde se roza con lo otro, la historia local no registrada, con lo que ya no es patrimonio (los  cuerpos); Marc Larré trabajará en colaboración con la Casa Batllori, un antiguo obrador de barro de más de dos siglos de antigüedad que todavía sobrevive en pleno barrio de Sants.  

La propuesta consiste en recuperar la colección de moldes conservados en al almacén y utilizarlos  para fabricar una serie de objetos híbridos que recojan por un lado formas arquitectónicas que han  modelado la ciudad y en concreto el barrio de Sants (las chimeneas,  las tejas, los canales), y por el otro, texturas y formas que recogen la historia reciente de la ciudad:  la que no está documentada por su carácter efímero, irrelevante, minoritaria. 

En todas las piezas realizadas en barro en colaboración con Andreu, vamos a ver un mismo gesto,  una misma torsión: la del barro amoldándose a algo que ya no es arquitectura, ni siquiera es  ornamento, es lo vernáculo, la singularidad de un cuerpo imposible de moldear. Es en esta línea  que la idea de codo va a servir para articular todas las piezas realizadas en el taller. Por un lado, codo tiene el prefijo co- que indica en colaboración, unión o en compañía. De ahí la expresión  ‘trabajar codo con codo’. Por otro lado tenemos la palabra dos : dos cosas que se articulan.  

El codo es un punto de unión que proporciona la posibilidad de movimiento, su naturaleza no es  estática, su función es articular. Se trata de un dualismo donde no hay duelo ni oposición, hay  suma de fuerzas para multiplicar los efectos.  

Una manera de homenajear tal vez también, la tradición cooperativa del barrio de Sants y su tejido  asociativo. 

CONTEXTO HISTÓRICO

La familia Batllori ha trabajado en esta tierra durante los últimos dos siglos. Mariano Batllori Jubert  inauguró la Casa Batllori en 1792 y la dedicó a la arcilla. Francisco Batllori Munné desarrolló el  negocio y construyó una propiedad para pasar a sus descendientes, y estos descendientes, cada  uno a su manera, continuaron el negocio familiar de trabajar con barro. Barcelona se expandió,  Sants se desarrolló, pronto parecía que las máquinas estaban por todas partes; Los edificios modernistas parecían pasteles, y había pasteles disponibles para comprar; hubo conflicto, hubo  guerras, hubo hambre. Luego vino la paz, nuevos empleos, la tecnología y el plástico. 

La familia Batllori pasó por todos estos cambios y se adaptó a los tiempos. Antes de que estos  caminos del casco antiguo de Sants tuvieran nombre, esta familia de alfareros trabajaba al aire  libre en un terreno sin urbanizar. El sol secaba la arcilla y había mucho espacio. El mundo era  principalmente horizontal. A medida que su entorno se volvió vertical, las tuberías de drenaje, las  canaletas y los azulejos se extendieron a nuevas alturas. El abuelo Francesco Batllori vio el  surgimiento de la arquitectura ornamental y el negocio prosperó con ella. Hay un enorme jarrón  ornamental en la entrada de la antigua tienda – esta es una de las tres reproducciones realizadas:  la segunda vive en el “palacete” del Celler Güell y la tercera reside en la Casa Golferichs. Después  de la guerra civil, en una economía hambrienta, Casa Batllori trató de ganar su pan de cada día  para cocinar utensilios de cocina, como sartenes, palanganas y morteros en su enorme horno de  ladrillo redondo. 

La arcilla todavía está presente en nuestra vida cotidiana: platos de cada día, tazas de café y  macetas por nuestras plantas, pero falta algo, hoy ya no hay multitudes de manos expertas en moldear la arcilla, explica con emoción Andreu, que probablemente será el último integrante de la saga que mantiene vivo el negocio.

 

Fuente textos: Casa Batllori por MG, Time Out (2013), L’obrador Casa Batllori de Sants, by Manel  Carrera i Escudé (2017), Casa Batllori: l’últim reducte d’artesania terrissaire a Sants, by el3  (2007), El último ceramista Batllori, 8 generaciones moldeando la historia de Sants-Montjuic by el  Tano (2015) 

Fuente imágenes de archivo: Arxiu Municipal del Districte de Sants-Montjuïc (AMDS)

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