Giacomo Balla fue uno de los representantes del futurismo más destacados. Aunque en sus inicios había abrazado una estética academicista, en 1900 se traslada a París, donde se relaciona con los movimientos de vanguardia, y en 1910 pasa a formar parte del grupo liderado por Marinetti sobre los preceptos del Manifiesto del futurismo publicado un año antes en el diario Le Figaro. A partir de ese momento la obra de Balla se centra en la búsqueda de la modernidad mediante la representación del movimiento y la velocidad. La escultura Linee-Forza del pugno di Boccioni II es una pieza elaborada en los años sesenta a partir de un prototipo original de cartón concebido por el artista en 1915. Esta obra ejemplifica las ansias de progreso y la necesidad de romper los vínculos con la tradición para avanzar hacia una nueva estética liberadora y beligerante que transforme la sociedad. Al mismo tiempo, la pieza hace referencia al trabajo de uno de los pioneros del futurismo, Umberto Boccioni, quien exploró a través de su obra nuevas formas de plasmación del movimiento.